Podemos definir una tolva como un tipo de tanque industrial que puede tener distintas dimensiones y capacidades, pero siempre tiene en común una característica: su fondo tiene forma cónica, similar a un embudo. Este detalle de diseño no es al azar y de esta forma depende su versatilidad y los usos específicos, pues permiten el drenaje completo del tanque además de un control del flujo de su contenido. En un tanque de fondo plano siempre quedará un pequeño residuo en la parte inferior, en cambio, las tolvas al tener paredes inclinadas en el fondo, además de un agujero de salida, la gravedad ayudará a que todo el contenido salga de la tolva. Esto no sólo reduce las mermas, sino que permite cálculos precisos de cantidades, e incluso, es más fácil limpiarlo y evitar que un producto nuevo se contamine con los restos del anterior. La parte cónica tiene una inclinación particular, que determinará la velocidad y volumen de salida del contenido y la hará más eficiente para algunas tareas en específico.
Las tolvas industriales tienen la capacidad de contener, disolver, pulverizar, dosificar o clasificar materiales sólidos (piedras, semillas, frutos, minerales, medicamentos, desechos) y líquidos (leche, miel, sueros, melaza). El embudo cónico del fondo permite que salga por completo el contenido almacenado con facilidad, pero también pueden servir para separar sólidos de líquidos por decantación. Las tolvas también permiten dosificar líquidos de manera eficiente y también se pueden instalar herramientas o maquinaria en la parte inferior para ejecutar procesos como triturar, moler, pulverizar, -entre otros- lo cual las convierte en dispositivos increíblemente versátiles. Dependiendo de su uso, pueden variar sus características, incluyendo desde el tamaño hasta las formas y por supuesto también la posibilidad de ser vinculado a un chasis para su transporte o uso. Esta variedad hace que sean dispositivos indispensables en industrias muy diversas.
Es importante diferenciarla del silo, ya que en un primer momento se podrían confundir debido a la similitud de uso. Una de las principales diferencias que vamos a observar son las dimensiones, ya que el silo generalmente va a tener un tamaño muy superior a la tolva, ya que el cometido del primero es el de almacenar y dispensar producto, pero generalmente en un lugar fijo, mientras que la tolva es más pequeña, y habitualmente incluye una estructura para facilitar su transporte entre diferentes puntos. Las tolvas cuentan con medidas y capacidades muy diferentes en función de para qué vayan a ser utilizadas. Una tolva puede contener desde 600 litros hasta 25 000 y puede medir desde 1,70 metros de altura hasta casi 6 metros. En cuanto al almacenamiento, no sólo va a variar la capacidad entre ambos, sino que el silo está pensado para almacenar productos durante mucho más tiempo, mientras que la tolva generalmente es de uso inmediato.
En cuanto a su funcionamiento la tolva generalmente se va a colocar a una altura superior al lugar donde vamos a necesitar verter el material contenido en su interior. En este sentido, parte de la tolva está destinada a contener el material, mientras que el embudo inferior se encarga de canalizarlo durante el vertido. En la parte inferior del embudo hay una compuerta que se puede gestionar de forma manual o eléctrica, de manera que cuando se abre, deja salir su contenido.