Los diferentes tipos de ladrillos

Es importante menciona el adobe, considerado como el precursor del ladrillo, puesto que contiene barro arcilloso y también se usa para la construcción de muros. No obstante, el adobe, a diferencia de los ladrillos no se cuece. Así, el ladrillo es la versión inamovible del adobe, pues se cuece a altas temperaturas, a unos 350 °C. Entonces, desde hace 10.000 años hasta ahora, el ladrillo evolucionó adaptándose a las necesidades de cada época, hasta llegar a nuestros días. Existen muchos tipos de ladrillos y conocerlos nos ayudará a aplicar mejor todas sus características en la construcción.

  • Ladrillo cocido de arcilla: es el tipo de ladrillo más común que existe, hecho de forma artesanal. No tiene perforaciones y sus caras son rústicas. El material con el que se fabrica es el adobe secado al sol, por lo que su resistencia térmica es mucho mayor. Se usa para construcciones que no precisen de mucha resistencia, más rústicas, pues no tiene mucha fuerza, lo que hace que no sea apto para viviendas.
  • Ladrillos macizos perforados: Para que un ladrillo sea considerado perforado tiene que tener un mínimo del 10% de su superficie hueca, si este porcentaje fuese inferior, ya sería considerado como ladrillo macizo. La principal característica de este ladrillo es su capacidad de resistencia, pues al tener agujeros el mortero o el concreto puede penetrar por las perforaciones verticales y aumentar su fuerza. Su peso es liviano y se usa normalmente para las fachadas de las viviendas.
  •  Ladrillo perforado al canto o hueco: estos ladrillos al contrario que los anteriores poseen perforaciones horizontales al canto o testa. Esto permite rebajar su peso sin perder resistencia. El ladrillo de arcilla perforado se utiliza especialmente para levantar tabiques que no requieran soportar demasiado peso (albañilería exterior e interior con revestimiento). Dependiendo de su grosor podemos encontrarnos con ladrillos perforados al canto sencillos, dobles, triples o cuádruples.
  • Rasillón o bardo: el ladrillo rasillo se caracteriza por ser mucho más ancho y plano. Por lo tanto, es perfecto para cubrir huecos, para hacer techos e incluso como elemento decorativo. Esta clase de ladrillo es mucho menos resistente, ya que, si un ladrillo hueco posee dos filas de agujeros, el rasillón solo dispone de una. 

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