Uno de los materiales más utilizados en estas edificaciones es el plástico reciclado. Botellas y otros desechos plásticos pueden convertirse en bloques de construcción resistentes y livianos. Un ejemplo destacado es el proyecto de la organización colombiana Conceptos Plásticos, que desarrolla viviendas asequibles a partir de este tipo de residuos. Mediante un sistema de ensamblaje similar al de piezas de lego, han logrado construir casas duraderas, térmicas y económicas, reduciendo la contaminación plástica y proporcionando soluciones habitacionales en comunidades vulnerables.
Otro material ampliamente reutilizado es el vidrio. En muchas ciudades, se han desarrollado paneles y ladrillos fabricados a partir de botellas y ventanas desechadas. Además de su resistencia, este recurso permite mejorar la iluminación natural en las construcciones, reduciendo el consumo energético. Un claro ejemplo de su aplicación es el edificio de la Fundación Heineken en Ámsterdam, que integró botellas de vidrio recicladas en su diseño arquitectónico.
El cartón también ha sido protagonista en proyectos innovadores. Aunque pueda parecer frágil, cuando se trata y se compacta adecuadamente, adquiere una resistencia notable. El arquitecto japonés Shigeru Ban ha demostrado la viabilidad de este material en sus estructuras temporales y viviendas para refugiados, diseñadas a partir de tubos de cartón reciclado. Sus creaciones no solo son sostenibles, sino también rápidas de montar y altamente funcionales.
Los neumáticos fuera de uso representan otro recurso con un gran potencial en la industria de la construcción. Su durabilidad y capacidad de aislamiento térmico los convierten en una opción ideal para la edificación de muros y cimientos. Un referente en este tipo de proyectos es la comunidad Earthship, en Nuevo México, donde se han construido viviendas autosustentables utilizando llantas rellenas de tierra compactada, combinadas con botellas y latas recicladas.
El metal recuperado de estructuras antiguas, automóviles y electrodomésticos también encuentra una segunda vida en la construcción. Puertas, vigas y paneles de acero pueden reutilizarse sin perder sus propiedades mecánicas, contribuyendo a reducir la demanda de materiales nuevos y el consumo energético asociado a su producción. Un ejemplo destacado es el proyecto Bosco Verticale en Milán, donde se emplearon toneladas de acero reciclado para levantar dos torres verdes que integran miles de árboles en su diseño, promoviendo la biodiversidad urbana.
El uso de madera reciclada en la edificación sostenible es otra tendencia en auge. Proveniente de demoliciones o estructuras en desuso, puede transformarse en pisos, techos y mobiliario sin comprometer la calidad. La Biblioteca de Macquarie en Sídney es un ejemplo de esta práctica, ya que gran parte de su estructura se levantó con madera recuperada, combinando modernidad y tradición en un solo diseño.
Las construcciones con materiales reciclados no solo representan una alternativa ecológica, sino que también ofrecen soluciones económicas y accesibles. Gracias a la creatividad y el ingenio de arquitectos y diseñadores, este tipo de edificaciones continúa ganando terreno en todo el mundo, demostrando que es posible construir sin comprometer el equilibrio ambiental.